¡Hola a todos!
¿Qué tal el comienzo del fin de semana? ¿Tenéis algún plan especial?
Yo hoy os traigo la reseña de un libro que no me ha gustado demasiado... Seguramente la mayoría lo conozcáis, y no me he llevado una sorpresa cuando he visto que no hay por dónde cogerlo xD Bueno, vamos al lío:
Nombre: Calendar Girl. Enero. Febrero. Marzo.
Saga: Calendar Girl #1
Autora: Audrey Carlan.
Traductoras: Vicky Charques y Marisa Rodríguez.
Editorial: Planeta.
Páginas: 429.
Mia necesita dinero. Mucho dinero. Para ser exactos un millón de dólares. Y además tiene poco tiempo. La vida de su padre está en juego y ella solo tiene un año para saldar sus deudas. Para ello deberá aceptar un encargo que nunca antes habría imaginado…. Durante todo un año Mia acompañará a lo largo de un mes a un hombre distinto y así conocerá el lujo, diferentes estilos de vida, viajará por muchas ciudades, vivirá experiencias sexuales increíbles... Y hasta puede que conozca al hombre de su vida.
Doce meses. Muchas vidas. Un solo amor.
Antes que nada, os diré que leí este libro porque me lo regalaron hará como dos años y quiero bajar mis pendientes, así que este ha sido el resultado. Cuando se publicó, a mí me llamó la atención, por lo del calendario y demás, pero luego fui viendo reseñas y mis ánimos decayeron, llegando a saber sin leerlo que no me iba a gustar. Ahora que lo he leído, lo confirmo: no me ha gustado nada. Me ha parecido un libro muy surrealista, qué queréis que os diga, no le encuentro el sentido por ningún lado. Le he dado esa media mariposa de más porque por lo menos se lee rápido y no se me hizo eterno, pero el resto de cosas que voy a decir son negativas.
Mia es una chica que lo ha pasado bastante mal, siempre ha tenido que encargarse de su hermana, su madre las abandonó cuando eran pequeñas y no ha tenido mucha suerte en el amor. De hecho, su último novio le prestó dinero a su padre, el cual es bebedor y encima ludópata, así que ya os podéis imaginar... Perdió un millón de euros y los matones del ex de Mia le pegaron una paliza hasta dejarlo en coma. Ahora ella tiene que recuperar el dinero como sea, por lo que elige la solución más rápida: trabajar de escort, con un cliente diferente cada mes.
En fin, yo diré que ya desde el primer capítulo flipé por varias cosas. En primer lugar, que sea la tía de Mia la que la mete en el negocio me parece increíble. Encima le desea que se lo pase bien. La mejor amiga de Mia igual, si hasta tiene envidia de su nuevo trabajo, diciéndole que se dé una alegría al cuerpo, que falta le hace, y que ojalá ella tuviera a famosos que estén buenísimos disponibles. Vamos a ver, yo creo que esas reacciones hay que tomárselas muy en serio, son sus seres queridos y la animan a que haga algo que supuestamente no quiere hacer. Además, contamos con las instrucciones del contrato de Mia y vamos... Por ejemplo, pone que es voluntario acostarse con los clientes, pero que ellos no se hacen responsables y bla, bla, bla. Vamos a ver, ¿cómo controlas que es voluntario o no, o si van a amenazar a la chica, o a violarla? Ni que ellos estuvieran delante. Suerte que Mia se encuentra con hombres maravillosos, cómo no. También me cabreó mucho que en el contrato se estipulara que el hombre decía qué te ponías o qué hacías, incluso de qué temas no hablar, y demás cosas machistas.
Partiendo de esa base, supe que el libro no me iba a gustar ya definitivamente cuando desde el segundo capítulo me notaba poner los ojos en blanco mientras leía. Y es que, de verdad, no tiene desperdicio. Desde el primer capítulo Mia está diciéndose a sí misma que no es una prostituta y que esto lo hace por necesidad, pero que ella no está convencida con el trabajo que tiene. Acto seguido, conoce a su primer cliente y, ¡sorpresa! Poco más y se le caen las bragas. El chico de enero es Weston, un productor de cine que está buenísimo, es sexy y a ella se le cae la baba. Bastan un par de frases con él para decidir que sí, que se quiere acostar con él y creo que lo hace ya en el tercer capítulo, si no recuerdo mal. Muy coherente todo, vamos, pasas de criticar la prostitución y de incluso hablar de ello con desprecio y luego al par de días tú la ejerces. Toma ya.
Del segundo chico, Alec, diré que es un francesito artista, pinta cuadros y quiere que Mia se pasee desnuda por su casa todo el mes. Diré que este chico es el que me ha parecido más interesante por su idea de amor, que dista bastante de lo que yo pienso pero bueno, me ha parecido bastante interesante cómo lo plantea y cómo vive el su vida. Cómo no, está más bueno que el pan y a Mia se le hace la boca agua desde que lo ve.
"-No es nada egoísta querer estar con la persona a la que amas, Tony.
-¿Ah, no?
-No. Es un derecho básico."
El tercero, Tony, que casualmente también está de toma pan y moja, es heredero de una famosa cadena italiana. Su historia es la que más me ha gustado, pero la que menos realista me ha parecido. Sobre todo en esta parte, me ha recordado a la saga Los chicos del calendario, pues las protas de ambas sagas solo dan con tíos buenos, y tienen una especie de varita mágica para que todo el mundo las adore y para resolver problemas gordos que vienen de mucho más atrás. Pero oye, desde que ellas aparecen todo cambia, sí señor.
De la protagonista, Mia, no sé qué decir. No me ha gustado, es muy niña, no sabe lo que quiere, critica cosas que luego ella hace, es la típica protagonista que es un bellezón pero no lo sabe y todo el mundo cae rendido a sus pies. No la he aguantado, pero ya la gota que colmó el vaso fue cuando se ofende porque le pagan determinados servicios. Vamos a ver, necesitas el dinero, cobras más y en tu contrato pone que si haces determinadas cosas te pagan más. ¿Y luego te haces la ofendida queriendo ir de digna? Es que no tiene sentido alguno.
Ya en este primer libro se nos habla de amor... Porque sí, desde el principio nuestra Mia se enamora, o algo así. Pero el amor no va a impedir que se quiera acostar con todo el que se le ponga delante eh, no confundáis. Sobra decir que el amor ese no me lo creí por ningún lado, ¿verdad? Yo no vi ese tipo de conexión ni escenas que salieran naturalmente entre la pareja que me hicieran pensar que llegaran a quererse. Lo peor es que, ya leyendo solo esta primera parte, ya sé cómo va a terminar la saga, y eso que son cuatro libros. Se huele a kilómetros, chicos. Claramente, no voy a leer las continuaciones, ya con un libro he tenido suficiente.
Sé que esta reseña la he escrito con un tono algo más sarcástico/cabreado que de costumbre. Y es que no es para menos. Estoy cansada de las historias que, a parte de ser muy tontas, romantizan situaciones de este tipo. Que es una chica que tiene que hacer esto para salvar a su padre y sobrevivir, y nos lo cuentan como que es lo mejor del mundo y que todos sus clientes son guapísimos y la tratan como una reina y ella marca la vida de todos. La realidad no es así, no romanticemos estas cosas. Y tampoco romanticemos el machismo, del cual hay una gran dosis en esta novela.
¡Un beso!