¡Hola a todos!
Antes que nada, quería desearos a todos una muy feliz Navidad, ya que dudo que pase por aquí de nuevo antes de que llegue el día. Os deseo lo mejor, especialmente en estos días tan especiales, espero que tengáis mucho amor en ellos.
Hoy os traigo la reseña de un libro que ha sido toda una sorpresa, la verdad es que me ha gustado mucho. Poneos cómodos y espero que disfrutéis de la reseña.
Nombre: La ciudad de los inmortales.
Autor: Jaime Escribano.
Editorial: Autopublicado.
Páginas: 489.
Atenas, año 431 a.C.
Dos poderosas ciudades se desangran luchando por el control de Grecia: la militarizada Esparta, imbatible en tierra, contra la opulenta democracia e insuperable flota de Atenas.
Dion, un joven de familia aristocrática al que las leyes de la polis negaron injustamente la ciudadanía, se propone conseguir la gloria en la confrontación, redimiéndose en el campo de batalla.
Pero la política, que dirige la guerra, se revela más ingrata que la lucha con las armas, y pronto descubrirá que hay distintas corrientes que pugnan dentro de la misma Atenas. Tras conocer al admirable e intrigante Alcibiades, Dion debe tomar decisiones difíciles sin saber en quién puede confiar, en un mundo en el que la ambición lo corrompe todo, a pesar de los consejos de Sócrates, el hombre más sabio de Grecia.
Cuando aparece la cautivadora Roxana, una mujer enigmática que guarda un secreto, uno que puede poner en peligro todo por lo que ha luchado, no puede evitar caer en una espiral de pasión y traición, dejándose arrastrar hacia un oscuro destino del que ni él ni Atenas podrán escapar.
La ciudad de los inmortales es una historia épica e inolvidable, llena de personajes complejos y emocionantes, que transportará al lector a la Grecia antigua en su apogeo y lo mantendrá en vilo hasta la última página.
En primer lugar, me gustaría agradecer al autor la confianza depositada en mí al querer colaborar para que leyera y reseñara su novela.
La ciudad de los inmortales nos traslada a la antigua Grecia, concretamente, a la guerra del Peloponeso, donde se enfrentaron las dos ciudades Estado principales: Atenas y Esparta. Hacía mucho tiempo que no leía una novela con tanto rigor histórico, que respetara tan bien lo acontecido en aquellos años, tanto en la cronología como en el contexto social y económico, por lo que no puedo hacer otra que cosa que aplaudir al autor por ello. La novela nos transporta con plenitud a este conflicto bélico y nos vemos envueltos en diferentes juegos de poder, estrategias de guerra, intriga y conspiraciones que marcarán el destino de los griegos. Así, comienza todo en los tiempos de Pericles en Atenas, quien defendía a capa y espada la democracia y se mostraba a favor de entrar en conflicto con Esparta, pero tendremos la suerte de conocer a otros personajes históricos, como son el famoso Alcibíades, quien es capaz de encandilar y persuadir a quien se proponga, el temible y alabado Lisandro, general de tropas espartanas, o al admirado y sabio Sócrates, el filósofo que ayudaba a quien así lo quería a conocerse a sí mismo mediante constantes preguntas y que valoraba la virtud y la moral sobre todas las cosas. He de decir que he disfrutado especialmente de las conversaciones que mantiene el protagonista con Sócrates, porque me han resultado de lo más interesantes y me han hecho reflexionar, me han parecido diálogos enriquecedores, que no solamente ayudan al protagonista, sino que llegan al lector.
"Quien ignora lo que es bueno para uno mismo y le corresponde por justicia, poco debe saber acerca del bien de los otros. Quien no examina su propia vida convenientemente, no debe aspirar a proteger la vida ciudadana. Lo primero nos lleva a una existencia sin virtud, lo segundo provoca el desastre de la ciudad".
También me ha gustado mucho que se refleje el contraste entre ateneos y espartanos. En Atenas, la mujer había de acatar la voluntad de su marido, sin preguntar ni discutir, y tener todas las tareas del hogar realizadas. En Esparta, las mujeres podían elegir con quien yacer, aunque estuvieran casadas, para asegurarse de que perduraba la procreación de hijos, por lo que tanto hombres como mujeres yacían con quien quisieran, mientras que en Atenas, solo lo hacían los hombres, cuando se iban con las hetairas. Por otro lado, en la forma de combatir, también se notaba, ya que los espartanos eran más agresivos, por así decirlo, y entrenaban desnudos y mantenían sus cuerpos fibrosos. Incluso en ambas ciudades el sistema de votación era distinto, al igual del carácter vinculante o no de las principales Asambleas, dependiendo de la ciudad. Además, he disfrutado de las menciones que se hacen a diferentes dioses griegos, como a Selene, Atenea, etc.
Por otro lado, he de decir que, pese a que la novela histórica a veces es más densa de leer, en este caso no se hace lenta la lectura. Es cierto que las primeras páginas cuestan un poco más, pero una vez pasadas, nos enganchamos totalmente al libro, con ayuda de que los capítulos son bastante cortos y que la pluma del autor está muy cuidada. La verdad es que me ha encantado la manera de escribir del autor, escribe de forma delicada y utiliza palabras propias de aquellos tiempos. Describe, pero no en exceso, sino lo ideal para relatarnos correctamente las escenas en las que estamos presentes.
"-¿Moral?-preguntó extrañado Tideo-. Esas son cosas de filósofos. Con la moral no se ganan guerras ni se consigue nada en la vida, bien los sabemos todos los que estamos aquí. ¿Estás de acuerdo con eso Dion, tú que has luchado en tantas sangrientas batallas y conoces el verdadero espíritu del hombre, que se manifiesta con toda su crudeza cuando debe morir o matar?
-Para mí resulta tan incomprensible como para vosotros -respondí sinceramente-, como lo es que alguien esté dispuesto a morir por hacer lo que es justo. Mas ese valor me causa más respeto que el que muestra un hombre que mata a otro por salvar su propia vida".
Con respecto a los personajes, nuestro protagonista es Dion, un meteco que siempre ha tenido una buena posición en Atenas y ha tenido una vida bastante cómoda, hasta que todo lo que conocía comienza a desmoronarse. Dion no ha sido un personaje que me haya entusiasmado, más que nada porque algunas de sus acciones no me han gustado, a pesar de ser, probablemente, una buena representación de los hombres atenienses de la época. Si bien se aprecia una evolución en el personaje, me ha parecido bastante manipulable en algunas ocasiones, aunque me ha gustado lo leal que es a su ciudad. A su vez, destaco a Roxana, la cual me ha resultado muy interesante, porque desde su primera aparición se ve que es una mujer llena de secretos, sin pelos en la lengua y capaz de cualquier cosa. A medida que la vamos conociendo, más interesante me iba pareciendo, aunque es cierto que hubo cosas sobre ella que me dejaron bastante confundida.
El final del libro me ha gustado, en realidad, hay partes que sabemos que sucederían, las partes históricas, y otras, relacionadas con la vida de Dion, que nos dan una sorpresa. En general me gustó cómo terminó todo, aunque a mi vena curiosa le hubiera gustado saber más aún sobre un determinado tema, que no voy a desvelar para no spoilearos nadita jeje
¡Muchas gracias al autor por el ejemplar!
¡Besos!