La muerte del brujo / El alma del brujo

 ¡Hola!

Espero que estéis empezando el finde con buen pie. Yo estoy bien, agotada de la semana, pero bien, este finde tengo bastantes cositas que hacer, así que aprovecho el ratito que tengo hoy para pasarme por aquí y dejaros esta entrada.

Nombre: La muerte del brujo.

Saga: El vals de la bruja #1.5

Autora: Belén Martínez.

Editorial: Puck.

Páginas: 62.

Londres, 1884. Érase una vez cuatro Sangre Negra muy poderosos.. Uno murió. Otro fue encarcelado. Dos se convirtieron en leyendas. Esta es parte de su historia. De todo lo que los unió y de cómo acabaron hechos pedazos.

Después de leer El vals de la bruja, un libro que me encantó, me quedé con  ganas de saber más sobre los padres de Eliza y el misterioso Alesteir Vale, uno de los Sangre Negra más odiados y temidos. Por ello, me ha gustado mucho que la autora decidiera publicar este pequeño libro, el cual nos permite conocer qué ocurrió con los padres de Eliza realmente (estamos presente en la escena en la que ocurre todo) y también conocemos mejor como era la relación de los cuatro amigos, los cuatro brujos más prometedores de aquellos tiempos. Esa amistad que terminó fraccionándose de manera irremediable, muy influidos por el ansia de reconocimiento y poder.

Así, me gustó saber más de Aleister Vale, aunque reconozco que fue un bocado demasiado pequeño, hubiera agradecido más contexto sobre las relaciones de los personajes y la evolución de su amistad, ya que solamente tenemos el contraste de cuando todo iba a bien a cuando ya no había nada que hacer para recuperar las cosas. Pero bueno, he quedado satisfecha con estos capítulos, ya que nos han brindado la posibilidad vivir momentos anteriores a la historia de Eliza, un atisbo de lo que fueron los cuatro grandes brujos en su juventud.

Nombre: El alma del brujo.

Saga: El vals de la bruja #2

Autora: Belén Martínez.

Editorial: Puck.

Páginas: 512.

Sangre con sangre. Muerte con muerte. La magia llama a la magia. La sangre llama a la sangre. Londres, 1940 Liang Shelby es una superviviente de la llamada «Tragedia de la Academia Covenant». Trata de olvidar lo que ocurrió mientras trabaja como aprendiz en la Torre de Londres, soporta al Demonio que tiene como compañero y vagabundea por el East End de madrugada, tratando de ganar algo de dinero para ayudar a su familia. Hasta que una noche es testigo de algo que no debería haber visto y su destino queda ligado a un objeto mágico que ni siquiera debería existir. Ahora, con la ayuda (si puede llamarse así) de un viejo conocido de su familia, Liang deberá proteger lo que guarda en su interior mientras las bombas asedian Londres cada noche, el Aquelarre comienza a sospechar de ella, los responsables de la Tragedia de la Academia van tras ella y un viejo compañero invade sus días y sus sueños.

1. El vals de la bruja | 1.5. La muerte del brujo

Cuando supe que El vals de la bruja tendría segunda parte me puse muy feliz, ya que el libro me había sorprendido gratamente y quería más de la historia. El alma del brujo ha sido una  buena continuación, si bien no ha llegado a encantarme tanto como la primera entrega. 

La verdad es que pensaba que este libro continuaría la historia de Eliza después de lo sucedido en el libro anterior, que, de alguna forma, sucedería algo que nos hiciera volver a su historia. Pero, a pesar de contar con ella en algunas de las escenas de este libro como personaje secundario, nuestra protagonista es otra. De hecho, nos situamos unos cuántos años después de lo acontecido en la historia de Eliza. Me gustó el contexto histórico, la autora vuelve a mezclar hechos ficticios con acontecimientos reales; en este caso, nos situamos en plena Segunda Guerra Mundial, en los bombardeos de Inglaterra. Fue muy interesante ver los diferentes bandos de los Sangre Negra, aquellos que querían intervenir a cualquier precio para que los Sangre Roja nazi no continuaran arrasando con todo y conquistando territorios, mientras que había otros que buscaban defender su país, pero sin acudir a fuentes de poder cuestionables. 

"-No tengo miedo-dije.

Ella respiró hondo y, mientras me daba la espalda para alejarse de mí junto a su Centinela, me contestó:

-Cuando tenía tu edad, yo tampoco lo tenía... hasta que lo tuve".

Diría que esta vez los personajes no son precisamente el punto fuerte de la lectura, al menos los nuevos que aparecen en este libro. Liang ha sido una protagonista que está bien, pero no ha llegado a calarme, la verdad es que estaba bien ir viviendo junto a ella todos los acontecimientos, pero en sí misma, ella no me ha generado ningún sentimiento. Por otro lado, volvemos a contar con la presencia de Aleister en numerosas ocasiones, cosa que he agradecido infinitamente, me encanta este hombre y saber qué es lo que se propone, sinceramente, me ha parecido el más brillante de los personajes. El resto me ha resultado bastante indiferente, no tienen mucha chicha, simplemente cumplen su función. Eso sí, me  ha gustado reencontrarme con personajes del libro anterior, como son Eliza, Andrei o Trece. Como veis, los personajes que me han gustado más son los que ya conocíamos, y solamente uno de ellos tiene bastante protagonismo, el resto aparece fugazmente en algunos capítulos. De los nuevos, el que me ha gustado ha sido Talan, que empezó con mal pie, pero al final terminé encariñándome de él.

Hay algo de romance en la novela, pero no me ha convencido nada, está llevado de manera muy poco desarrollada, en mi opinión. Pero hay otro elementos que me han encantado, aparte del maravilloso mundo creado por la autora, como son el descubrimiento de determinados datos que no sabíamos relativos al tema principal del primer libro que inciden en lo grises que son los personajes, ni son totalmente buenos, ni totalmente malos, dando un pequeño giro a la idea que teníamos sobre los padres de Eliza. También me ha parecido interesante descubrir quién estaba detrás de los Favoritos del Infierno y por qué ocurrió la Tragedia de la Academia, me tuvo muy intrigada todo hasta el final, aunque algunas cosas, como el motivo de la manera de actuar de unos personajes, no me terminó de encajar. 

¡Besos!