Rojo, blanco y sangre azul

 ¡Buenas, adictos a la lectura!

Hoy vengo con la reseña de un libro que seguramente habréis visto en algún lado, porque desde que salió fue un completo boom, todo el mundo estaba loco con él. Me propuse leerlo en marzo para la Readathon y encima salió como lectura de romántica de Oasis literario, así que me cuadró todo para que por fin me atreviera a leerlo.

Ya hoy en día he visto varias reseñas que no lo ponen como esa novela perfecta que muchos decían, y me temo que yo me sitúo en este grupo, ya que, si bien me ha gustado, para mí no ha sido la octava maravilla. Os dejo con la reseña.

Nombre: Rojo, blanco y sangre azul.

Autora: Casey McQuiston.

Editorial: RBA.

Traductora: María Cristina Martín Sanz.

Páginas: 496.

EL VERDADERO AMOR NO SIEMPRE ES DIPLOMÁTICO 

Alex Clarademont-Díaz, el hijo millennial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.

 ¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?

Esta historia se basa en el tópico enemies to lovers, esto es, dos personajes que al inicio se detestan y que terminan enamorándose. Esto es lo que ocurre entre Alex, Primer Hijo de la presidenta de los Estados Unidos, y Henry, príncipe de Inglaterra, los cuales llevan años de rivalidad, que se basa prácticamente en el intento de Alex por sacar de quicio a su contrincante, y las respuestas siempre contenidas y educadas del príncipe, lo que simplemente le echa más leña al fuego, porque pone al otro de los nervios. Un día asisten a una boda muy importante, causan un verdadero destrozo en el que está implicada una tarta nupcial, y al poner en peligro las relaciones entre el Reino Unido y Estados Unidos, son obligados a fingir mantener una amistad de cara al público, para lo cual deben visitarse y aparentar que son amigos del alma. Así es como, lo que primero parece para ambos un sufrimiento atroz, termina avanzando hacia una cómplice amistad y desembocando en algo más...

Los dos protagonistas me han gustado mucho, son muy diferentes entre sí y cuenta con personalidades bastante marcadas. Alex es muy impulsivo, a veces demasiado, no se calla ni debajo del agua, cree que todo es posible, es intenso a más no poder y también un joven muy inteligente. En cambio, Henry es más recto, tranquilo y elegante, tal y como un príncipe debe ser. Creo que por eso la pareja que hacen es bonita, son una mezcla explosiva, y ya os digo que Henry parece un poco estirado, pero cuando quiere se suelta la melena jaja Y es que estos dos nos regalarán escenas de lo más divertidas y románticas, pero también algunas subidas de tono, digamos que son dos jóvenes muy fogosos. Las escenas de contenido sexual, sinceramente, no llegué a disfrutarlas, básicamente porque me resultaron muy confusas de la manera en la que están narradas. No las entendía, sucedían muchas cosas a la vez y la autora las contaba de golpe, no sé, en esas partes me perdía bastante.

"Cómo se atreve Henry a entrar en su casa con esa pinta de hijo de James Bond que tiene y que es en realidad, beber vino tinto con el primer ministro y actuar como si no le hubiera metido a él la lengua y no le hubiera hecho después el vacío durante un mes."

Como Alex y Henry viven tan lejos, muchas páginas del libro desarrollan correos electrónicos que se envían los protagonistas, contándose su día a día, diciéndose lo que piensan el uno del otro, hablando de la historia de sus antepasados y reproduciendo cartas que han enviado otras personas famosas a sus amantes. He de decir que muchos correos los disfruté como una enana, porque eran muy bonitos, a la par de divertidos, incluso alocados. Pero algunos se me hicieron bastante pesados por lo largos que eran y la cantidad de información que no tenía que ver en realidad con la trama principal y me sacaba bastante de la historia. Además, el libro en su conjunto se me hizo un poco largo, a pesar de que me lo estaba pasando bien leyéndolo. Considero que con menos páginas se nos podría haber contado lo mismo de manera más amena, y hubo una parte en la que percibí un ligero estancamiento de la historia.

Como personajes secundarios, destaco a June, la hermana de Alex, y a Nora, su mejor amiga y ex novia. Ambas me han encantado, tanto como por su inteligencia como sus consejos y los sacrificios que hacen. Sus apariciones no tienen una trascendencia enorme, pero a mí me han conquistado, porque forman la mejor familia que Alex puede tener y sus conversaciones no tienen desperdicio.

En cuanto a la relación de los protagonistas, he de decir que me gustó mucho su evolución. Sin embargo, me hubiera gustado que el tiempo que fueron enemigos hubiera sido mayor, creo que me habría reído todavía más y la tensión entre ellos hubiera estado al límite. Esperaba que fueran enemigos por lo menos la primera mitad del libro, pero traban amistad con bastante rapidez, una vez comienzan a compartir tiempo juntos. Aun así, me han gustado las interacciones entre ellos, como se van abriendo el uno al otro, compartiendo sus inseguridades y ataduras. Eso sí, hay demasiada brusquedad en algunas ocasiones que me ha parecido forzada, como en momentos en los que hace mucho que no se ven, tienen temas importantes de los que hablar y lo que hacen nada más verse es acostarse, como si no hubiera mañana. Esa pasión está bien una vez, pero en algunas partes sobra.

Me ha gustado que este libro nos sitúe en la época en la que Estados Unidos tiene su primera presidenta, cosa que es todo un avance para la sociedad. La madre de Alex es comprensiva y muy organizada, pero en ocasiones también una mujer de armas tomar (no es para menos, teniendo en cuenta en la clase de líos que la mete su hijo). Además, la novela está cargada de la historia de EEUU, sobre sus presidentes, los avances que ha habido, la situación del Estado de Texas, etc. Me pareció muy interesante, puesto que yo no sé demasiado de este tema. También contaremos con información sobre la corona de Inglaterra y su pasado, rumores que corrieron hacen años y datos de algunos reyes que estuvieron en el poder. Asimismo, me ha gustado mucho la representación LGTB+ que hay, y la normalidad con la que se trata, como debe ser. Hay personajes de distintas orientaciones sexuales, e incluso el propio Alex cuando se plantea si le gustan los hombres, no entra en drama, ni en negación, sino que lo acepta y lo ve como algo que puede pasar y de lo que no se había dado cuenta. Me ha gustado también la defensa de los derechos plasmada en la sociedad en general, como reaccionan ante una injusticia y apoyan lo que creen correcto.

Finalmente, diré que el libro en general nos muestra una versión esperanzadora del mundo en el que vivimos, cosa que, tristemente, hace el libro menos realista. La propia autora lo recoge en una nota, que su intención era contar una historia esperanzadora. Y lo hace. Y ojalá el mundo fuese así y removiéramos cielo y tierra para luchar contra las injusticias, veláramos por nuestros sueños y nos mostráramos ante el resto del mundo tal y como somos, con o sin miedo a que nos juzguen, porque en realidad nos da igual, mientras seamos fieles a nosotros mismos. Ese mensaje me ha hecho feliz y me ha tocado el corazoncito, así que aunque le quite realismo a la novela, no por ello lo he disfrutado menos, al contrario. De hecho, ojalá algún día lleguemos al nivel de aceptación y amor que se desprende de esta historia y podamos decir: lo hemos conseguido.

¡Un besote!