¡Hola a todos!
Hoy os traigo la reseña de un libro que me ha gustado bastante y que, además, es el final de una trilogía con la que he disfrutado mucho y que aprovecho para recomendarla, porque es ideal para estas fechas, que están impregnadas de romance, que mañana es San Valentín, ¡felicidades por adelantado! Sé que para muchos es un día más, pero para los que os apetezca leer algo romántico, estas novelas son perfectas.
Nombre: Si todo desapareciera.
Trilogía: Gángsters de Nueva York.
Autora: Anna Casanovas.
Editorial: Hasper Collins.
Páginas: 384.
Si todo desapareciera, tal vez Alessandra y Sean no se habrían encontrado nunca. Si todo desapareciera, no se habrían enamorado. Si todo desapareciera, jamás se habrían asustado del amor que sentían.
Alessandra Bonasera está acostumbrada a fingir, al fin y al cabo es actriz. Empezó de muy pequeña, cuando vivía en Little Italy y su madre llevaba a casa a hombres peligrosos y ella tenía que proteger a sus hermanos pequeños. Creía que nunca volvería a Nueva York, que siempre estaría en Los Ángeles, pero una obra de teatro y el director del momento la llevan de vuelta y se reencuentra con sus dos mejores amigos y su pasado.
Sean Bradford creció escuchando historias sobre el honor y la justicia, pero cuando estaba en la academia de policía su mundo entero se desmoronó y el mundo entero le dio la espalda. Creía que nunca volvería a Nueva York, pero le reclaman para el que promete ser el mayor caso de la historia y decide volver. Quizá ahora por fin averigüe la verdad sobre lo que sucedió.
Dos almas heridas destinadas a encontrarse y unidas por un trágico hecho del pasado que las marca y las obliga a alejarse… Un amor que no desaparecerá ante nada.
Del trío que protagoniza esta trilogía, la más misteriosa es Sandy, sin duda, ya que apenas sabemos qué ha sido de ella ni cuál fue su historia, exactamente. Por ello tenía unas ganas tremendas de leer este libro, para ver satisfecha mi curiosidad sobre ella y conocer en profundidad a Alessandra Bonasera. El libro, como podréis intuir por la puntuación que le he dado, me ha gustado mucho, pero no ha logrado enamorarme como a otras personas, ahora os explicaré por qué. Os recuerdo que esta trilogía está formada por tres historias diferentes, con distintos protagonistas pero con personajes comunes y mucha relación entre los sucesos, así que os recomiendo que leáis todos los libros y que lo hagáis en orden, ya que de lo contrario os haríais bastantes spoilers y encima no comprenderíais del todo bien la historia ni conectaréis demasiado con los personajes en general.
No es ningún secreto que Anna Casanovas tiene una pluma mágica, delicada, que consigue transmitir a las mil maravillas un sinfín de emociones. En este libro vuelve a lograrlo, traspasa nuestra piel y llega a nuestro corazón, por lo que amaremos, sufriremos y temeremos con esta novela. Podemos sentir ese amor tan intenso que duele, ese temblor al tocar a la persona amada y el dolor que produce una historia tan complicada, de una forma que parece que la estemos viviendo en nuestras propias carnes. La narración es tan fluida y natural que hace que te quedes embelesado, pasando páginas sin darte cuenta.
Si en el libro anterior era importante la obra Romeo y Julieta, en este destaca Cumbres borrascosas. Esta vez no he leído el libro (es uno de mis eternos pendientes), pero conozco más o menos de qué trata y me ha encantado la forma de relacionar esa historia con la de Sandy, sobre todo con su personalidad y la manera en la que va evolucionando a medida que van despertándose en ella sentimientos que no creía posibles. También me gustó muchísimo conocer el pasado de Sandy, que aunque me lo imaginaba, ha sido tratado de la manera adecuada. La autora le dio la importancia debida, siendo realista, manifestando respeto y creando un vínculo entre los lectores y todas esas personas que desgraciadamente han sufrido situaciones como la que vivió nuestra protagonista.Es una historia dura, como las de los libros anteriores, pero creo que incluso toca de una manera más cercana que las otras, básicamente porque son sucesos que están a la orden del día, lo que es una vergüenza.
" Quería que esos besos se convirtieran en un pozo infinito de caricias, de besos que empezaban y no acababan nunca y de noches que se alargan hasta la madrugada. Quería descubrir la pasión con él, sentir esas manos que él ahora retenía recorriendo su cuerpo sin ninguna restricción
Quería que ese beso significase un principio, cientos de ellos, miles, y ningún final. "
Sandy me ha encantado. Lo siendo, no puedo llamarla Alessandra, a pesar de que la llaman así mayoritariamente durante toda la novela, pero yo la conocí como Sandy y así seguiré llamándola, además prácticamente ya somos amigas jaja Es tan inocente y dulce, y a la vez tan decidida y distante, que no podemos evitar empatizar con ella. Me ha gustado mucho que sea actriz, bueno, más bien el motivo por el cual eligió esa profesión, ya que está perfectamente justificado. Sean, en cambio, no me gustó demasiado. No es que sea un mal personaje, todo lo contrario, es amable, con sus demonios del pasado y que lucha por la felicidad, pero no he conectado apenas con él. Lo he intentado, pero no he podido, y eso que el personaje está bien perfilado. No tengo nada en contra suya, pero me habría gustado un personaje más interesante, con más chispa.
Eso sí, también ha habido cosillas que me han decepcionado. En primer lugar, el misterio de la identidad de la persona que enviaba rosas negras a Sandy me supo a poco, porque me lo olíadesde el principio. Yo lo di por hecho desde que surge la duda, acertando, pero es que además el motivo por el que la persona hace lo que hace me dejó bastante indiferente. Esperaba otra cosa, que nos lleváramos una sorpresa, entendiéramos que habíamos pasado por alto detalles importantes relacionados con la vida de Sandy o simplemente que se nos desvelara alguna cosilla que no sabíamos hasta el momento. Tampoco me ha gustado demasiado la forma en la que surge el amor, ya que ha sido demasiado precipitada. No llega al nivel del insta love de Siena y Jack, pero eché en falta que los protagonistas compartieran varios momentos más juntos antes de profesarse ese amor indestructible y eterno. Digamos que el cambio que experimentan los dos, sobre todo Sean, que antes era lobo solitario totalmente, es bastante brusco, puesto que se conocen de hace poco y no me creo que la intensidad de sus sentimientos sea tal y como nos la presentan.
Admiro como Anna Casanovas logra plasmar romances imposibles sin cansarnos, sino haciéndonos partícipes de ellos, provocando muchas emociones mientras leemos. Los tres libros de esta trilogía cuentan con ese amor prohibido y a la vez profundo, ese por el que merece la pena luchar. Siena y Jack eran completamente distintos, Jack un policía que perseguía a la mafia y Siena la sobrina de uno de los jefazos más respetados de la mafia; Nick y Juliet eran de mundos totalmente opuestos y eso les pasó facturas, además de un muro de rencores y odio que les separaba sin remedio y Sandy y Sean son más parecidos de lo que piensan, pero les une algo que les rompe por dentro y a la vez los atrae irremediablemente. Tres parejas que no lo tienen fácil, pero que son esa idea de amor que no debe perderse y que es una suerte encontrarlo.
Yo, personalmente, me quedo con la segunda parte de la trilogía, porque Nick me robó el corazón al completo y su historia me conmovió y sacudió a partes iguales, pero en general los tres me han gustado mucho. Ni que decir tiene que no será el último libro que lea de la autora, porque quiero más. Os recuerdo que estos libros los he leído por una lectura conjunta organizada por Folloner@s club, una iniciativa de lectura en la que os animo a participar. Para hacerlo, pinchad en esta imagen:
Y esto es todo por hoy.
¡Un beso!