¡Hola a todos!
Hoy me toca hacer una reseña negativa, no me gusta nada escribir estas entradas, pero es lo que hay. De vez en cuando leemos un libro que no ha conectado nada con nosotros y del que, mal que nos pese, tenemos que expresar lo que no nos ha gustado, y esto es lo que me ha pasado a mí:
Nombre: El silencio es un pez de colores.
Autora: Annabel Pitcher.
Editorial: Siruela.
Páginas: 312.
¿Es posible seguir adelante cuando 617 palabras escritas en un blog desmontan tu vida por completo? ¿Cómo pides ayuda si sientes que tu voz ya no te pertenece?
Tess siempre se ha sentido fuera de lugar, y la noche en que lee por casualidad lo que su padre ha escrito en una inesperada página web, comprende definitivamente que nunca conseguirá encajar en ninguna parte. Su silencio y un pez de colores serán sus mejores aliados en la nueva vida que tendrá que empezar a construirse; por no hablar perderá a su mejor amiga, encontrará a una nueva alma gemela y aprenderá una lección fundamental: el silencio es muy poderoso, pero las palabras lo son aún más.
En esta emotiva y maravillosamente escrita novela, narrada desde la perspectiva de una joven de quince años que intenta encontrar su lugar en el mundo, la exitosa autora de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea y de Nubes de kétchup explora de manera tierna y original cuestiones como la identidad, la comunicación y la importancia de las siempre complejas relaciones familiares.
De esta autora no había leído nada de nada, pero sus otros dos libros me llaman la atención desde hace mucho. Por eso, a pesar de que esta novela suya no me haya gustado apenas, le daré otra oportunidad, porque pienso leer Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea o Nubes de kétchup, las cuales tienen pinta de ser más de mi estilo, o eso espero.
El caso es el siguiente: no he conectado ni con los personajes, ni con la trama; vamos, con nada de nada. De ahí que no me haya gustado. Voy a ir explicando por partes el porqué de mi decepción.
El motivo número uno es nuestra protagonista, Tess. Esta chica es más rara que un perro verde, y no precisamente en el buen sentido. Al principio entendía que se sintiera dolida, es normal, pero luego ya me cansé de su actitud. Se supone que tiene quince años, pero se comporta como una niña de siete. El "silencio" que usa supuestamente como símbolo de protesta, en realidad a mí me pareció fruto de un berrinche de niña pequeña. Que sí, que es perfectamente normal que las palabras escritas por su padre le sentaran como una patada, pero de ahí a pasarse toda la novela enfurruñada y montándose sus películas para evadirse de lo verdaderamente importante. Me pareció una cobarde y muy inmadura, qué queréis que os diga. Si Tess no hubiera sido Tess, seguramente el libro me habría gustado algo más.
Otra de las cosas negativas es que la historia se me hizo muy repetitiva. Sentí que apenas evolucionaba, salvo en algunos puntos, y más bien a trompicones. Tess es muy cabezota, se encierra en sí misma y no hay quién la saque de su empeño, por muy absurdo que sea, y esto en todos los temas. Al ella no tener una evolución, al menos no hasta el final, la historia tampoco la tiene. Sentí que sucedía prácticamente lo mismo una y otra vez, las mismas lamentaciones contadas de distinta manera, y eso me aburrió bastante.
"-Puede que no seas un león, Tess. No pasa nada, yo tampoco lo soy. Pero todavía somos gatos, ¿verdad? Solo porque no seamos capaces de rugir, no quiere decir que tengamos que escondernos."
Tampoco he conectado nada con la pluma de la autora, porque todo está contado de manera metafórica, muy abstracta. Parece que nuestra protagonista no vive en nuestro mundo, sino en otro diferente, no sé... Me ponía bastante nerviosa, porque la gente no habla así con normalidad. Vale que alguna frase así pueda salir, pero todas las páginas con esa narración tan existencialista... Lo mismo me pasa con Henry, es un buen personaje, pero habla de una manera que un chico de su edad no lo haría, bueno, ni de su edad ni de ninguna otra.
Y la parte del pez... Puedo decir que entiendo en parte la relación de Tess con es linterna con un pez de colores, pero sinceramente, llegó un momento en el que ya me parecía un poco absurdo. Puede ser que no comprendiera bien lo que la autora nos quería decir con esto, o tal vez sí, pero las escenas en las que no paraba de hablar con el pez terminaron cansándome.
Pero la lectura también tiene alguna que otra cosa buena, que os voy a comentar a continuación. Por ejemplo, se trata el tema del bullying, que es muy importante a la vez que delicado. Pienso que se podría haber enfocado de otra manera, pero aun así, veo bien que se haya hablado de esto porque sirve para concienciar sobre la situación que pasan determinadas personas en el instituto. Otra cosa que me ha gustado ha sido el desenlace, porque temía que acabara de una forma que no me gustara nada, pero me ha sorprendido dejándome con un buen sabor de boca. Y por último, el mensaje que transmite, que las palabras son tan poderosas, o incluso más, que el silencio. Pero esto ya te lo dice la sinopsis, así que tampoco es que descubras esto al terminar el libro, sino que ya imaginas que algo ocurrirá para que Tess se dé cuenta de ello.
En fin, El silencio es un pez de colores no ha sido un libro para mí, debido a que no me ha terminado de convencer ni la protagonista, ni la trama, ni la prosa de la autora. Aun así, contiene un mensaje importante y el final deja con buen sabor de boca. De todas formas, como siempre digo, para gustos, los colores. Si os llama la atención, os invito a que lo leáis, porque puede que vosotros disfrutéis de él bastante más que yo.
Por último, os animo a que os unáis a Folloner@s club, una iniciativa creada para leer libros en común, comentando nuestras impresiones. Si queréis saber más, pinchad en la imagen:
¡Un beso!
El caso es el siguiente: no he conectado ni con los personajes, ni con la trama; vamos, con nada de nada. De ahí que no me haya gustado. Voy a ir explicando por partes el porqué de mi decepción.
El motivo número uno es nuestra protagonista, Tess. Esta chica es más rara que un perro verde, y no precisamente en el buen sentido. Al principio entendía que se sintiera dolida, es normal, pero luego ya me cansé de su actitud. Se supone que tiene quince años, pero se comporta como una niña de siete. El "silencio" que usa supuestamente como símbolo de protesta, en realidad a mí me pareció fruto de un berrinche de niña pequeña. Que sí, que es perfectamente normal que las palabras escritas por su padre le sentaran como una patada, pero de ahí a pasarse toda la novela enfurruñada y montándose sus películas para evadirse de lo verdaderamente importante. Me pareció una cobarde y muy inmadura, qué queréis que os diga. Si Tess no hubiera sido Tess, seguramente el libro me habría gustado algo más.
Otra de las cosas negativas es que la historia se me hizo muy repetitiva. Sentí que apenas evolucionaba, salvo en algunos puntos, y más bien a trompicones. Tess es muy cabezota, se encierra en sí misma y no hay quién la saque de su empeño, por muy absurdo que sea, y esto en todos los temas. Al ella no tener una evolución, al menos no hasta el final, la historia tampoco la tiene. Sentí que sucedía prácticamente lo mismo una y otra vez, las mismas lamentaciones contadas de distinta manera, y eso me aburrió bastante.
"-Puede que no seas un león, Tess. No pasa nada, yo tampoco lo soy. Pero todavía somos gatos, ¿verdad? Solo porque no seamos capaces de rugir, no quiere decir que tengamos que escondernos."
Tampoco he conectado nada con la pluma de la autora, porque todo está contado de manera metafórica, muy abstracta. Parece que nuestra protagonista no vive en nuestro mundo, sino en otro diferente, no sé... Me ponía bastante nerviosa, porque la gente no habla así con normalidad. Vale que alguna frase así pueda salir, pero todas las páginas con esa narración tan existencialista... Lo mismo me pasa con Henry, es un buen personaje, pero habla de una manera que un chico de su edad no lo haría, bueno, ni de su edad ni de ninguna otra.
Y la parte del pez... Puedo decir que entiendo en parte la relación de Tess con es linterna con un pez de colores, pero sinceramente, llegó un momento en el que ya me parecía un poco absurdo. Puede ser que no comprendiera bien lo que la autora nos quería decir con esto, o tal vez sí, pero las escenas en las que no paraba de hablar con el pez terminaron cansándome.
Pero la lectura también tiene alguna que otra cosa buena, que os voy a comentar a continuación. Por ejemplo, se trata el tema del bullying, que es muy importante a la vez que delicado. Pienso que se podría haber enfocado de otra manera, pero aun así, veo bien que se haya hablado de esto porque sirve para concienciar sobre la situación que pasan determinadas personas en el instituto. Otra cosa que me ha gustado ha sido el desenlace, porque temía que acabara de una forma que no me gustara nada, pero me ha sorprendido dejándome con un buen sabor de boca. Y por último, el mensaje que transmite, que las palabras son tan poderosas, o incluso más, que el silencio. Pero esto ya te lo dice la sinopsis, así que tampoco es que descubras esto al terminar el libro, sino que ya imaginas que algo ocurrirá para que Tess se dé cuenta de ello.
En fin, El silencio es un pez de colores no ha sido un libro para mí, debido a que no me ha terminado de convencer ni la protagonista, ni la trama, ni la prosa de la autora. Aun así, contiene un mensaje importante y el final deja con buen sabor de boca. De todas formas, como siempre digo, para gustos, los colores. Si os llama la atención, os invito a que lo leáis, porque puede que vosotros disfrutéis de él bastante más que yo.
Por último, os animo a que os unáis a Folloner@s club, una iniciativa creada para leer libros en común, comentando nuestras impresiones. Si queréis saber más, pinchad en la imagen:
¡Mucha gracias a la editorial y a Folloner@s club por el ejemplar!
¡Un beso!