Aquí estoy, con la reseña de un libro que esperaba con ansias leer y al que por fin le he hincado el diente. Vamos allá.
Nombre: Reino de ladrones.
Bilogía: Seis de cuervos #2
Autora: Leigh Bardugo.
Editorial: Hidra.
Páginas: 656.
Kaz Brekker y su equipo han dado un golpe tan temerario que ni siquiera ellos pensaban sobrevivir. Pero en lugar de conseguir una buena recompensa, a su regreso de la Corte de Hielo tienen que seguir luchando por sus vidas. Traicionado y debilitado, el equipo está corto de recursos, aliados y esperanza. Mientras poderosas fuerzas de todo el mundo llegan a Ketterdam para desentrañar el secreto de la peligrosa droga conocida como jurda parem, viejos rivales y nuevos enemigos emergen para desafiar el ingenio de Kaz y poner a prueba las frágiles lealtades del equipo. Una guerra se adueñará de las oscuras y tortuosas calles de la ciudad, una batalla por la venganza y la redención que decidirá el destino del mundo Grisha.
Ay, no sabéis las ganas que tenía de leer este libro. Unas ansias... Así que cuando salió lectura ganadora del oasis fantástico de Oasis literario, aproveché la oportunidad y me embarqué en la lectura conjunta.
El caso es que reencontrarme con los personajes que tanto supusieron para mí en el libro anterior ha sido para mí como un bálsamo. Una vez más, los personajes principales vuelven a sorprendernos, son fascinantes, cada uno a su manera. Los adoro a todos y sería muy difícil para mí tener que elegir a alguno de ellos en particular, aunque sinceramente, creo que me decantaría por Kaz. Kaz, que parece salido de otro mundo. Es frío, solo vela por las ganancias y es capaz de robarle cualquiera o planear la estrategia más complicada pero eficaz. Kaz suelta muchas frases que descolocan, y aunque parece que no tiene sentimientos, vemos que en realidad los tiene. Aunque sean poquitos y no todos demasiado buenos, puesto que a venganza ocupa gran parte de su ser. Creo que es un personaje muy buen trabajado, la autora ha hecho una obra maestra con él.
Muy de cerca le sigue Inej, puesto que me encanta a facilidad que tiene para aparecer y desaparecer sin ser notada, para trepar edificios altos, para pelear contra los criminales más experimentados y también me gusta mucho su lealtad y filosofía de vida. Por algo se le apoda el Espectro, sus habilidades son impresionantes.
"No puedes ser tan malo, chico. No llevas vivo el tiempo suficiente como para acumular tantos pecados."
Pero no me voy a ir sin hablar un poco más del resto. Jesper sigue siendo letal con sus armas, y parece que se va concienciando un poco más sobre su problema. Además, por fin conoceremos a su padre, el cual entrará en el peligroso juego que se lleva cociendo desde la primera novela. Sinceramente, Jesper siempre me ha parecido un chico encantador, pese a sus defectillos. Wylan en este libro tomará más partido, será de más ayuda y nos sorprenderá con su valentía. Por si fuera poco, nos adentraremos más en su situación familiar, las posesiones de su familia, etc. A Nina será a la que encontremos más cambiada, puesto que la inseguridad inunda su cuerpo, añadiendo unos cambios en sus poderes y también en su apetito. En algunos momentos he echado en falta a la Nina decidida, deslenguada y potente, pero la comprendí a la perfección y esta nueva Nina también tiene su encanto, porque puede con más de lo que cree y será una pieza clave en la lectura. Por último, Matthias me ha gustado, pero he sentido que ha perdido algo de fuelle en este libro. Lo he visto más bien como un personaje más secundario, comparando su importancia con la que tuvo en Seis de cuervos. Aun así, me han gustado sus apariciones y gracias a sus dotes de líder y a su mente organizada se salva de más de una nuestro equipo.
Aparte de los personajes, os diré que la trama es una pasada. En serio, Reino de ladrones es de esos libros de los que te sientes orgullosa de haber leído, porque ves el trabajo que tiene detrás. Olé por su autora, por la evolución que ha tenido, porque su trilogía Grisha me gustó, pero con "peros", Seis de cuervos me encantó, mientras que con Reino de ladrones se ha superado con creces. Ver lo bien diseñado que está todo, que la autora tiene todo planeado, con estrategias impresionantes que dan giros de trama una y otra vez... De verdad, me llevé muchas sorpresas a medida que leía y que no esperaba, caían como bombas, sin parar el ritmo en ningún momento.
No es un libro solo de fantasía, sino de personas, identidades, vidas difíciles y contradicciones. ¿Cómo unos delincuentes pueden despertar tanto cariño y parecernos de los mejores personajes que hay? Eso es algo que consigue Leigh Bardugo, y es que todo tiene su porqué y lo bien definidas que están las personalidades de los personajes... Solo diré que son tan reales que asusta. Si a eso le asumamos la complejidad de la trama, que integra dentro de ella varias subtramas diferentes, puedo decir, sin miedo a equivocarme, que esta es y será una mis mejores lecturas del año.Que un libro de 600 páginas se haga corto ya dice mucho de lo bueno que es. Así que ya sabéis, si aún no conocéis Ketterdam, ni habéis mirado a los ojos al impactante Kaz y a todos sus amigos y aliados, no esperéis más, porque lo valen.
"-¿Alguien ha notado que toda la ciudad nos está buscando, está enfadada con nosotros o quiere matarnos?
-¿Y?-dijo Kaz.
-Bueno, por lo general es solo la mitad de la ciudad. "
En fin, me despido de esta historia con mucha pena, porque me ha encantado de principio a fin. Es de esas veces en las que me gustaría que fuera una saga en vez de bilogía jaja Espero que Leigh Bardugo no tarde en presentarnos una historia nueva y que sea tan buena como esta.
Me despido. Sin lágrimas. Sin funerales.
¡Besotes!
El caso es que reencontrarme con los personajes que tanto supusieron para mí en el libro anterior ha sido para mí como un bálsamo. Una vez más, los personajes principales vuelven a sorprendernos, son fascinantes, cada uno a su manera. Los adoro a todos y sería muy difícil para mí tener que elegir a alguno de ellos en particular, aunque sinceramente, creo que me decantaría por Kaz. Kaz, que parece salido de otro mundo. Es frío, solo vela por las ganancias y es capaz de robarle cualquiera o planear la estrategia más complicada pero eficaz. Kaz suelta muchas frases que descolocan, y aunque parece que no tiene sentimientos, vemos que en realidad los tiene. Aunque sean poquitos y no todos demasiado buenos, puesto que a venganza ocupa gran parte de su ser. Creo que es un personaje muy buen trabajado, la autora ha hecho una obra maestra con él.
Muy de cerca le sigue Inej, puesto que me encanta a facilidad que tiene para aparecer y desaparecer sin ser notada, para trepar edificios altos, para pelear contra los criminales más experimentados y también me gusta mucho su lealtad y filosofía de vida. Por algo se le apoda el Espectro, sus habilidades son impresionantes.
"No puedes ser tan malo, chico. No llevas vivo el tiempo suficiente como para acumular tantos pecados."
Pero no me voy a ir sin hablar un poco más del resto. Jesper sigue siendo letal con sus armas, y parece que se va concienciando un poco más sobre su problema. Además, por fin conoceremos a su padre, el cual entrará en el peligroso juego que se lleva cociendo desde la primera novela. Sinceramente, Jesper siempre me ha parecido un chico encantador, pese a sus defectillos. Wylan en este libro tomará más partido, será de más ayuda y nos sorprenderá con su valentía. Por si fuera poco, nos adentraremos más en su situación familiar, las posesiones de su familia, etc. A Nina será a la que encontremos más cambiada, puesto que la inseguridad inunda su cuerpo, añadiendo unos cambios en sus poderes y también en su apetito. En algunos momentos he echado en falta a la Nina decidida, deslenguada y potente, pero la comprendí a la perfección y esta nueva Nina también tiene su encanto, porque puede con más de lo que cree y será una pieza clave en la lectura. Por último, Matthias me ha gustado, pero he sentido que ha perdido algo de fuelle en este libro. Lo he visto más bien como un personaje más secundario, comparando su importancia con la que tuvo en Seis de cuervos. Aun así, me han gustado sus apariciones y gracias a sus dotes de líder y a su mente organizada se salva de más de una nuestro equipo.
Aparte de los personajes, os diré que la trama es una pasada. En serio, Reino de ladrones es de esos libros de los que te sientes orgullosa de haber leído, porque ves el trabajo que tiene detrás. Olé por su autora, por la evolución que ha tenido, porque su trilogía Grisha me gustó, pero con "peros", Seis de cuervos me encantó, mientras que con Reino de ladrones se ha superado con creces. Ver lo bien diseñado que está todo, que la autora tiene todo planeado, con estrategias impresionantes que dan giros de trama una y otra vez... De verdad, me llevé muchas sorpresas a medida que leía y que no esperaba, caían como bombas, sin parar el ritmo en ningún momento.
No es un libro solo de fantasía, sino de personas, identidades, vidas difíciles y contradicciones. ¿Cómo unos delincuentes pueden despertar tanto cariño y parecernos de los mejores personajes que hay? Eso es algo que consigue Leigh Bardugo, y es que todo tiene su porqué y lo bien definidas que están las personalidades de los personajes... Solo diré que son tan reales que asusta. Si a eso le asumamos la complejidad de la trama, que integra dentro de ella varias subtramas diferentes, puedo decir, sin miedo a equivocarme, que esta es y será una mis mejores lecturas del año.Que un libro de 600 páginas se haga corto ya dice mucho de lo bueno que es. Así que ya sabéis, si aún no conocéis Ketterdam, ni habéis mirado a los ojos al impactante Kaz y a todos sus amigos y aliados, no esperéis más, porque lo valen.
"-¿Alguien ha notado que toda la ciudad nos está buscando, está enfadada con nosotros o quiere matarnos?
-¿Y?-dijo Kaz.
-Bueno, por lo general es solo la mitad de la ciudad. "
En fin, me despido de esta historia con mucha pena, porque me ha encantado de principio a fin. Es de esas veces en las que me gustaría que fuera una saga en vez de bilogía jaja Espero que Leigh Bardugo no tarde en presentarnos una historia nueva y que sea tan buena como esta.
Me despido. Sin lágrimas. Sin funerales.
¡Besotes!