¡Hola a todos!
Hacía tiempo que no os hablaba de series, así que hoy os traigo una. Se trata de Spinning out, de Netflix. Sí, soy consciente de que empecé una serie que estaba cancelada, y no me arrepiento de ello. Necesitaba algo que fuera más realista, dentro de lo que cabe, pese al drama que contiene, y me llamó la atención desde que se estrenó. Que la cancelaran no hizo que mi ilusión de verla se perdiera, así que os voy a hablar un poquito de ella.
¿De qué va Spinning out? Pues, básicamente, de patinaje sobre hielo. Kat es una joven que ama patinar, pero que desde que se cayó haciendo un salto se quedó con un trauma que la impide hacer determinados movimientos en el hielo, además de que la situación en su casa es complicada debido al trastorno bipolar que sufre su madre, el cual ella misma ha heredado.
Sinceramente, no entiendo por qué han cancelado esta serie. Es verdad que el cambio de un episodio a otro a veces es un poco de sopetón, sobre todo en reacciones de los personajes, pero creo que refleja muy bien dos cosas fundamentales, que son las que enganchan para seguir viéndola. La primera cosa que está excelentemente reflejada es el patinaje sobre hielo y todo lo que lo rodea. No solo el esfuerzo económico que supone dedicarse a ello, lo caro que es pagar la pista, los vestuarios e incluso las inscripciones a competiciones, sino también el sacrificio que hacen los patinadores. Yo bailo ballet, no de forma profesional, pero sí he tenido que sacrificar muchas cosas en aras de ensayar y de las actuaciones, así como tener que aprender a controlar la frustración de que un paso no te salga por mucho que lo intentes. Por ejemplo, la situación de tener un trauma con motivo de una caída, o el tener que aprender a patinar en pareja, en vez de en solitario, que es a lo que está acostumbrada nuestra protagonista. Eso la serie lo plasma, vemos como los protagonistas no son perfectos, se esfuerzan mucho y no siempre consiguen lo que quieren, encima como están en competiciones de alto stánding la competitividad es mayor y la envidia también, por lo que intentan pisarse los unos a los otros. También se ve el compromiso que se adquiere al participar en este tipo de deportes. Y por supuesto, nos muestran actuaciones maravillosas. Asimismo, podemos ver lo que supone lesionarse para estos profesionales, ya que una lesión puede arrasar con todo su trabajo y sus sueños, cómo se les cae el mundo encima cuando les sucede y también la forma en la que niegan ver la realidad, con tal de seguir patinando.
La segunda cosa que creo que reflejan muy bien es el padecer una enfermedad y las consecuencias que tienen para la persona como para sus seres queridos, en este caso, el trastorno bipolar sufrido por Kat y por su madre. No solo se plasman episodios maníacos, sino también los cambios de humor, las malas contestaciones, los impulsos y lo que ocurre si no toman la medicación, pero también la actitud de la gente ante esta enfermedad. Cómo la gente juzga, menosprecia o incluso desprecia, como tener esa enfermedad es tener ya una etiqueta y las personas te reducen a eso, o no entienden que no eras tú verdaderamente en algunos momentos. Son partes duras de la serie, pero necesarias, y a veces llegas a odiar a los personajes por su comportamiento, hasta que te paras a pensar que, en realidad, ellos no tienen culpa (al menos, no toda la culpa). Eso sí, me molesta que en todas las series a los artistas los pinten como los locos. En serio, en las series de esta temática normalmente los protagonistas siempre tienen algún problema mental o hacen cosas que agüita, que lo pongan una vez lo entiendo, pero ya parece que es costumbre. Además, hay bastante drama metido de por medio, pero a mí no me ha molestado, entiendo que es para dar salseo a la serie, aunque yo con el patinaje ya estaba feliz jaja
En fin, solo son 10 capítulos y es una serie que no me arrepiento de haber visto, aunque no vaya a tener segunda temporada. Ya sabéis que está genial si queréis ver algo de este estilo y no os importa que no tenga final cerrado.
¡Besos!