¡Hola a todos!
¿Qué tal lleváis este domingo? Aquí hace calorcito, por decirlo de manera suave jaja Yo estoy super contenta porque hoy voy al teatro a ver un ballet, pero antes he querido pasarme por aquí para dejaros con una de mis últimas lecturas. Espero que os guste la reseña ^^
Nombre: Mi isla.
Autora: Elísabet Benavent.
Editorial: Suma de letras.
Páginas: 536.
Maggie vive en una isla y regenta una casa de huéspedes...
Maggie tiene un huerto y casi siempre va descalza...
Maggie no quiere recordar por qué está allí; duele demasiado...
Maggie ha renunciado al amor y es complicado explicar los motivos...
hasta que conoce a Alejandro...
y la calma da paso a una tormenta de sensaciones...
y a la posibilidad de que tal vez sí se puede empezar de nuevo.
Los libros de Elísabet Benavent han llamado siempre mi atención, pero hasta ahora no había leído nada suyo. Tenía pensado leer este libro primero, porque es el único que es autoconclusivo, y al ver que en Folloner@s club organizaban una lectura conjunta, me animé a participar. Voy a contaros mi evolución a lo largo de la lectura, ya que el libro lo merece. La novela está dividida en cinco partes. cada una cuenta un momento clave de la historia de Alejandro y Maggie.

No voy a mentiros,
las dos primeras partes de la lectura se me hicieron muy lentas y normalitas. La historia no estaba mal, pero me faltaba que me enganchara y me hiciera sentir. Simplemente me entretenía, pero se me hacía cuesta arriba pasar de página y tenía la impresión de que la autora no contaba nada nuevo, ya que teníamos la típica pareja que se conoce y ya se atrae físicamente, encima Alejandro está de toma pan y moja, como en la mayoría de los libros románticos-eróticos y bueno... Los momentos que compartían Maggie y él no tenían mucho de especial, la verdad es que a la única conclusión que llegué fue que a Maggie se le iba un poco la olla. Reaccionaba de manera exagerada, a mi parecer, y no entendía demasiado esos cambios bruscos que tenía y su manera de pifiar las cosas. Vamos, que el comienzo del libro no estaba mal, pero no entendía el "boom" que estaba teniendo, ya que no encontré nada destacable y encima avanzar la lectura se me hacía un mundo.
" -No. Es que no quiero salir de la cama. De la tuya.
-No recuerdo haberte invitado.
-Si lo haces te llevo de viaje.
-¿Adónde?
(...)
-A la luna-me susurró al oído."
Pero luego llegó la tercera parte... Y ya no pude parar de leer. Parece mentira que las páginas que más disfrutara fueran las dramáticas, pero qué le vamos a hacer, yo soy así. Tal vez fuera porque me hicieron sentir de verdad, sufrí mucho con los personajes y por ellos. Lo que más me ha gustado del libro ha sido que ahonda en temas cotidianos, pero que casi ni se tratan, al menos en literatura, y que además gracias a ellos empatizas con los personajes. Por ejemplo, nunca había leído un libro donde se plasmara tan bien el problema de las amistades tóxicas. Estoy segura de que todos alguna vez en nuestra vida hemos tenido ese "amigo" o "amiga" que era un lobo vestido con piel de cordero. Nos dejamos llevar por él, lo tenemos en un pedestal e incluso adquirimos sus hábitos, sin tener ni idea del daño que hacen. Yo al menos lo he sufrido, y cuesta mucho despegarse de una persona a la que quieres y que te trata así, desligarte de ese amor enfermizo. Gracias a eso empecé a entender a Maggie, porque aunque cometiera locuras y estuviera echando su vida a perder, comprendía lo que era dejarse llevar por las compañías. Obviamente, eso no justifica su comportamiento, pero si nos ayuda a comprender.
Creo que también se trata muy bien el amor, tanto en su parte blanca como en la negra. La novela nos muestra la parte bonita, esos primeros meses en lo que todo es perfecto y no hay tiempo más que para sonreír y ver la vida de color de rosa. Pero luego nos enseña el lado más complejo, donde ya vamos conociendo a la otra persona, vemos facetas suyas que no nos gustan, manías, acciones... Y eso puede hacer que todo se tambalee. Elísabet Benavent nos cuenta una historia muy realista en este aspecto, cosa que me ha encantado, porque refleja a la perfección lo que es la vida en pareja y los sentimientos que tenemos.
"Mejor vestir santos que desnudar gilipollas."
Y hablando de sentimientos... La segunda mitad del libro me hizo sentir de todo y con mucha intensidad. Llegué a enfadarme cantidad, primero con Maggie y luego con Alejandro. Me daban ganas de cogerlos y pegarles un buen coscorrón para que espabilaran y dejaran de hacer estupideces, porque sí, ambos las hacen. También lloré, vaya si lloré. Y tan a gusto que me quedé. Como me hicieron sufrir estos dos jaja Porque sí, os aseguro que si leéis el libro, no os vais a librar de sonreír, pero también de derramar lágrimas y tener ganas de tiraros de los pelos en algún que otro momento. Esto es algo que siempre valoro en los libros, y no me canso de repetirlo; la tarea más difícil del escritor es lograr llegar al lector, y Elísabet Benavent lo ha conseguido. Además, la historia que cuenta en un principio para sencilla, pero luego vemos que es más compleja de lo que parece, ya que profundiza bastante en las personalidades de los protagonistas y en los temas que he mencionado anteriormente.
Quiero hablar un poco de los protagonistas. No puedo decir que sean perfectos, y gracias al cielo. No hay nada que odie más que los protagonistas que no tienen ni un fallo, que no se despeinan y que todo lo que hacen es una maravilla. Alejandro y Maggie son muy humanos, por lo que tienen sus defectos y se equivocan, llegando a meter la pata hasta el fondo.
Maggie es una chica que hace un par de años se trasladó a vivir a una isla, para escapar de la vida alocada y destructiva que llevaba. Podríamos decir que Maggie es una persona rota. No confía en sí misma, aunque intente demostrar lo contarrio, y tampoco confía en los demás. Salvo en la señora
Mercedes, ¡esa mujer es la bomba! Podría decir incluso que es mi personaje favorito, porque me hizo reír lo indecible. Pues eso, que Maggie es feliz en su vida solitaria y aislada del mundo moderno y en sociedad, al menos hasta que conoce a Alejandro. A partir de ahí, empezará a echar en falta las cosas que tenía en su antigua vida y a fantasear con tener una relación con semejante hombre.
Alejandro el pobre no me ha convencido, aunque llegué a cogerle algo de cariño. Tal vez tenga que ver en eso que nos lo pinten desde el principio como un Adonis y también que luego su comportamiento deje mucho que desear
SPOILER Por ejemplo, cuando deja solísima a Maggie o cuando luego la usa para tirársela y listo, como si fuera un pañuelo de usar y tirar. No digo que ella sea una santa y no le diera disgustos, pero vamos, las cosas no se hacen así FIN DEL SPOILER. De todas formas, he llegado a comprenderlo, ya que las personas tenemos diferentes formas de enfrentarnos a los problemas y a las relaciones, por eso al final terminó cayéndome en gracia y bueno, no imagino mejor persona para estar con Maggie que él.
"Sentirse especial se construye minuto a minuto, hora tras hora, día tras día, cuado te conviertes en una prioridad para alguien, cuando sabes que en su pecho hay un rincón en el que siempre puedes guarecerte, cuando te tocan y tu piel reconoce al dueño de esas manos como alguien a quien permitirle el regalo de tu placer. Joder..., sentirse especial no es un regalo, es una obligación."
Y esto es todo,
un libro que al principio me parecía de lo más normalito, al final ha resultado tener una joyita en su interior. Por eso no me gusta dejar a medias ningún libro, porque al principio puede que no lo consideremos nada del otro mundo y luego nos llevemos una sorpresa, y este para mí ha sido un claro ejemplo. Espero leer pronto algo más de Elísabet Benavent, seguro que me pondré con alguna de sus bilogías, que ya les tengo echado el ojo ;)
Solo me queda invitaros a que participéis en Folloner@s club. Hay varias lecturas conjuntas activas donde elegir, conoceréis gente nueva y la mar de simpática y os divertiréis comentando impresiones. Así que, ¿a qué estáis esperando? Si queréis saber más, haced click en esta imagen.
La entrada me ha quedado algo larga, pero es que tenía que sacar todo lo que tenía dentro jajaja
¡Un besote!